Parece que con paciencia y el calor propio del verano los trastos se han ido reduciendo un poco. Quizá pueda cerrar la caja pronto, aunque el cartón se rompa un poco y las tapas queden abombadas.
Se quedará encima del armario, por ahora. Mi intención sería desintegrar los elementos que la llenan y olvidarme del tema, pero a veces la tabula rasa no es una opción plausible.