miércoles, 20 de noviembre de 2013

Eso, como mínimo

Hace ya cuatro meses que vivo en esta arcadia del bienestar que es Escandinavia, y día a día voy conociendo su sistema. Hoy tenía clase de la típica asignatura para estudiantes Erasmus sobre la cultura del país. El topic del día era el Welfare State, o sea, el estado del bienestar. Resulta curioso cómo estos nórdicos no se casan con nadie más que con ellos mismos, y se distinguen con mucho ahínco de la Europa continental, al menos en lo que se refiere a política laboral, pensiones y sanidad y educación gratuitas.

La curva de Lorenz representa la desigualdad (más igualdad cuánto más cercano a la diagonal)
Dinamarca es la minilínea amarilla cerca de la diagonal

Pero no voy a eso, sino a algo que ha pasado al final de la clase. Durante dos horas nos han contado las maravillas de su sistema, que es universalista (no deja a nadie fuera, tampoco a inmigrantes). Al final de la clase, he ido a preguntarle sobre cómo hacen para tener tan buenos servicios y superávit año tras año en el presupuesto del estado. Hemos terminado hablando de España. El profesor estaba contento por el anuncio del fin del déficit público español, pero al mismo tiempo reconocía que la recuperación va a ser lenta y penosa porque la austeridad ha tomado forma de un enorme carga para nuestra economía: el paro juvenil. Hombre, gracias.



Y entonces ese catedrático de política económica ha dicho una frase que me ha dejado pasmada: “España había mejorado mucho en su bienestar hasta la crisis, pero con esta política de austeridad ha perdido veinte años”. Pero eso no es todo: “Sin embargo, creo que España aún tiene esperanza. Respecto a Grecia, no estoy tan seguro.” 

Esto ha ocurrido hace cinco horas y esa frase todavía rebota entre mis orejas. Con qué frialdad intelectual ha condenado a la miseria a 11 millones de habitantes. Casi la misma que cualquiera de esos hombres de negro que proponen vender la Acrópolis para sanear las cuentas griegas o un responsable de personal de CaixaBank que propone un salario en función de cuántas preferentes se coloquen.

En ese momento, la internacionalista que hay en mí ha despertado en silencio mientras, en un aula ya vacía de una universidad gratuita, guardaba mis cosas en la mochila, incluidas las diapositivas de la lección que me imprimí gratis en la biblioteca.

Grecia fue la primera de las economías sureuropeas en ser "rescatada"
"Europa" del Norte nos conoce como las PIGS (Portugal-Ireland-Greece-Spain)

Caminaba por el pasillo a las cinco de la tarde pasadas, cruzándome con unas estudiantes autóctonas, de esas que, como absolutamente todas las estudiantes aquí, cobran 7000 coronas al mes por estar en la universidad (unos 900 euros durante un máximo de 5 años, algo menos si viven con la familia). Y las he odiado por estar tan contentas, haciendo bromas en un descanso en la puerta de la biblioteca, mientras yo me centraba esos pensamientos tan graves y para cenar tenía una modesta sopa de sobre. Las he odiado por tener más suerte que yo al nacer en un país donde las conquistas no se ponen en duda. Y no creo que sea mentira que les tengo envidia. Pero tampoco creo que sea una envidia infatil. 

No creo que sea una pataleta desear que la tierra que te vio nacer sea la que te vea morir. Y que en ese lapso de tiempo tengas una vida estable y digna. Porque no me puedo creer que me hayan robado esa posibilidad.


Es como decir es un caprichito de niño pijo comer tres veces al día. Oiga, que comer es un derecho en Escandinavia, en Europa y en la China Popular. Y tener acceso a las garantías que ofrece el sistema danés, es un derecho también. Para mí, que tengo DNI español, y aún tengo esperanza según el profesor socialdemócrata de turno. Y lo es también para las griegas, a pesar de, por lo visto, estar sentenciadas a muerte.

Yo lo tengo claro. Si aquí es posible, para todas es posible. Eso, como mínimo.



miércoles, 27 de marzo de 2013

Escrache a la Estrella de la Muerte

Ayer vi Star Wars IV: una nueva esperanza (1977) y pensé en la PAH. Así que voy a hacer una entrada friki-roja (rohirrim para los amigos), porque Star Wars es muy apañado y siempre salen montajes y metáforas chachis. Por ejemplo:

LA ESTRELLA DE LA DEUDA
Si buscas "una nueva esperanza" prueba con el episodio IV

Las míticas letras de la intro del episodio IV nos sitúan en una guerra civil entre dos fuerzas antagónicas: el malvado Imperio Galáctico y la Alianza Rebelde [sic]. Para quién esté despistado, la escena clave es aquella en que Luke Skywalker se sube a un caza espacial y se carga la Estrella de la Muerte con un par de torpedos de protones. Su clave de piloto es "rojo-5".

Trabajadores "inocentes" que murieron en la Estrella de la Muerte

Me imagino el telenoticias después del ataque a la Estrella de la Muerte. Entrevistarían a la esposa* de un storm trooper embarazada de ocho meses, la señora de un oficial a punto de jubilarse y los orgullosos padres de un recién alistado, explicando que era buen estudiante y que, siendo soldado de asalto, el Imperio le pagaba la carrera de medicina galáctica (añadiendo galáctico al final todo suena más a ciencia ficción, por ejemplo: choco crispis galácticos de Tattoine o nabos a la gallega galácticos al estilo wookie). 

* Esto es claramente una licencia, ya que los storm troopers son clones y en ningún lugar se habla de matrimonio. En realidad son semi-hombres anulados y clónicos, lo cual nos daría para un post entero. Pero otro día si eso...

Los pilotos de la Alianza recibiendo instrucciones

Esta entrada no es para resaltar cuán politizada es esta saga o debatir sobre la gestión empresarial de George Lucas. Es una reflexión sobre el relato de la realidad, sobre quiénes son los buenos y quiénes los malos, sobre cómo decidimos quién es quién (¿por sus fines o por sus medios?) y, al final, sobre cuál de los dos defiende unos intereses más cercanos a los nuestros propios.

La Alianza Rebelde es un grupo antisistema, pero en la peli son los buenos. Son los buenos a pesar de juntarse con lo peorcito de la galaxia, de proceder de los suburbios del Borde Exterior, de conformar una guerrilla financiada con dios-sabe-qué-dinero. Son los buenos a pesar de haber optado por la lucha armada. Mejor dicho, son los buenos precisamente por emplear la violencia por una causa justa. Voy a cambiar la palabra violencia, que está muy manida, por La Fuerza, porque si no, va a parecer que por las noches me encapucho y me voy a quemar contenedores. Y yo no me refiero a la violencia sin ton ni son, que es una expresión de rabia, sino a algo con sentido: la desobediencia civil.

Alianza Rebelde del 99%

La PAH no tiene cazas galácticos, claro. Ni fusiles, ni bombas. Pero utiliza la La Fuerza. Organiza concentraciones para impedir un desahucio (que es una decisión judicial). También asalta casas. No roba ni destroza, pero practica el escrache, es decir, pintarrajea la puerta, tira huevos y grita durante un rato en el portal. El escrache sirve para acusar a un político como CULPABLE de un hecho que parecía venido del cielo. Esto podría ser acoso o alguna otra figura recogida en la ley, así que sí: la PAH está usando La Fuerza.

Llegados a este punto, hay que preguntarse dos cosas. Primera, si La Fuerza de la PAH es legítima. Segunda, si usa La Fuerza de manera defensiva contra alguien que está utilizando el lado oscuro de la Fuerza. En el caso de la Alianza tenemos muy claro que el ataque militar (violento) tiene con el objetivo de eliminar una estación espacial "con la capacidad de destruir un planeta" [sic].

¿No tienen la avaricia y la mala gestión política la capacidad de destruir muchas vidas inocentes? Ojo, que yo no digo que haya que bombardear a Rato o a Botín. Sin embargo, me parece perfecto que se señale con un dedo acusador a la gente que, por activa o por pasiva, está usando el lado oscuro, es decir, ejerciendo, defendiendo y aumentando la violencia estructural con total impunidad. Y a la que se está enriqueciendo con ello.

Estas acciones son complementarias a la iniciativa legislativa popular (ILP) que la PAH presentó en el Congreso, que aboga por la dación (anular la deuda cuando se entregue la casa). Y aunque la Unión Europea, que sólo la citamos cuando nos da la gana, ha declarado ilegal la ley hipotecaria española, la legalidad vigente cuando se establecieron los contratos hipotecarios era aquélla.

La pregunta ¿el fin justifica los medios?
nos hace dudar de quién es el héroe y quién el villano

Hasta aquí, podríamos decir que estamos ante una batalla de ideas, de concepciones de la realidad. Una lucha de intereses incluso, y que gane el mejor... o que gane la mayoría. No obstante, no hay una lucha justa, y ahí está lo del RELATO de la realidad. En las noticias salen los hijos de esos políticos escracheados, con su pijama de Snoopy y cara de pena, mientras una voz en off dice que esta persona ha sufrido un ataque violento en SU CASA. Y todo el mundo se espanta pensando qué pasaría si vinieran a su casa a violentarlo de esa manera.

Porque es CIERTO que un grupo muy importante de población tiene miedo de que vengan a su casa a violentarles. Pero no será la PAH, sino el dinero y el estado, vía cuerpos policiales. La ley es igual para todos, dicen, pero eso no significa que no sea discriminatoria. La ley protege al dinero, al empresario, al banco. Pero EH, la culpa es del que se endeudó por encima de sus posibilidades, no del comercial del banco que le vendió la moto, ni del Banco de España que miraba para otro lado, ni del político que aprobó la ley a cambio de un puesto de consejero en el futuro.

¿De qué lado estás tú?

No se sabe qué pasará con la ILP que ha presentado la PAH con más de medio millón de firmas. Lo último es que el tándem PP-PSOE le ha metido mano. Podría decirse que, para muchos temas, tener Parlamento o no tenerlo, como ocurre en el Imperio Galáctico, es lo mismo. Hay quién pasa a la acción directa, como la PAH. Y lo que le acojona a algunos es que está consiguiendo cosas y demostrando que sí se puede.

Podemos hacerlo

Cristina Cifuentes y Toni Cantó llamarían TERRORISTA a la Alianza Rebelde. Muy probablemente serían un par de toydarianos esclavistas de lo más asqueroso. Es una raza resistente a La Fuerza (de la razón), aunque Sole (que es como el Maestro Yoda de hoy) ya nos enseñó que nadie es inmune a las collejas. Pero ése no es el tema. Sencillamente, hay que ver que las cosas no son blancas o negras, y que la acción política que reivindica un derecho lleva implícita una violencia, o mejor dicho, muchas violencias. Porque si hay que reclamar un derecho es que se está violando. Si un derecho se está violando, es que alguien está ejerciendo violencia sobre otro. Y si se ejerce esa violencia no es por nada, es porque con ese derecho violado alguien gana algo, y no va a cambiar de opinión así como así. Es decir, la lucha por ese derecho va a ser dura y requerirá aprender los caminos de La Fuerza

Una fotico de Occupy Wall Street con el logo de la Alianza

Hasta aquí la reflexión de hoy. Os dejo un par de blogs que hablan seriamente del tema.



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