sábado, 29 de noviembre de 2008

La independencia del cachirulo

"Que te den por ****, cachirulo". Es la mejor estrategia para ser una persona moral y físicamente autónoma. No es psicológicamente sano hacer (demasiadas) cábalas sobre la percepción que tiene la gente de uno mismo, y aún menos cambiar la conducta para agradarles. Una vez oí decir: "como no tengo miedo a estar sola, puedo permitirme el lujo de escoger mis compañías". Y si son silencios las respuestas a tus reflexiones, susurra "cachirulo", y sigue con tu trabajo.

lunes, 24 de noviembre de 2008

“Tu verás lo que haces”

El chantaje como estrategia en el hogar es más peligroso de lo que parece. "Mi padre no aprueba esto" es una excusa absurda a simple vista, en un contexto objetivo. Sin embargo, al comprobarlo en el salón de la propia casa, con la tele y la sartén de fondo, se le rompen a uno todas las estructuras. Estructuras que, siendo a veces castillos en el aire, se muestran ahora más endebles y peligrosas que nunca. Porque, mal que nos pese, nos sigue importando lo que nos recomiende para nuestra salud, aun siendo falacias repugnantes y chantajes miedicas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Homo aspirinus

Nos hemos acostumbrado a no sentir dolor. Un analgésico, un tranquilizante, un antidepresivo, y estamos frescos como una lechuga. Soy de la opinión que eso no es bueno. Al estar desacostumbrados al dolor, nos afecta mucho más cuando lo sentimos. Y lo que es peor: también nos afecta cuando no lo sentimos. El miedo al dolor nos lleva a conductas conservadoras, individualistas. Terror a sentir el dolor de la pérdida. La pérdida de la autonomía que el mismo dolor te quita, cuando te impide pensar con claridad. Es decir, sentimos miedo al dolor de la pérdida causada por un dolor anterior. ¿Y no es completamente absurdo actuar aconsejados por el miedo al dolor del dolor? ¿No perdemos esa autonomía tan preciada cuando es el miedo quién nos marca los límites?

domingo, 16 de noviembre de 2008

Gelifracción o la destrucción de las categorías opresoras del pensamiento

La retícula es una herramienta del diseño gráfico que pone orden donde hay caos. Marca la estructura interna de los textos impresos. Es una referencia, "firme pero flexible", para la tarea de disposición de los elementos en la página. Se basa en la repetibilidad, colocando juntos los elementos parecidos.

Pasamos gran parte de nuestra vida intentando poner orden. En los apuntes, en la estantería, en casa, en nuestra cabeza. Nos han enseñado que para almacenar hay que crear categorías con las que etiquetar cada elemento.

Es una mecánica útil, pero susceptible de condenarnos a la mediocridad. Tópicos y estereotipos no son más que unas etiquetas que han perdido su sentido de tan usadas. Y de tan usadas todo el mundo las conoce. Y tan extendidas, pues, que muchos se dejan llevar por la economía de esfuerzos, contentándose con almacenar su conocimiento en unas pocas categorías elementales.

El objetivo es dividir nuestras categorías en subgrupos, conocer nuevas etiquetas, incluso las ajenas, y rellenar cada cajón con grandes cantidades de contenidos. Y, por fin, romper las categorías, que de tan llenas pierden todo sentido. Al igual que el agua que se cuela en los recovecos pequeños de la roca y, al llegar la noche y el frío, se congela, aumenta de tamaño, y revienta la piedra desde dentro.

Este blog va de retículas, de normas, de etiquetas y categorías. De conocerlas, comprenderlas y hacerlas estallar de tan absurdas.