Un río. Una persona a cada lado. A veces se miran. Coinciden, o no. Siguen el curso del río, caminan en paralelo.
En ocasiones, los visitan los amigos. El que está solo, observa al otro. Algunas veces son las mismas personas las que acompañan a uno y después al otro.
El curso del agua tiene remansos en que el río se puede vadear. Los sujetos se acercan. No hablan mucho, pero es mejor el silencio que la soledad. Cuando el río se vuelve rápido y profundo, se separan.
Rememorando el encuentro, lanzan botellas con un mensaje, mas la mitad no alcanzan la otra orilla. Las que llegan tienen respuesta sólo a veces, y sólo a veces llega el frasco de vuelta.
Un río. Una persona a cada lado. A veces se miran. Coinciden, o no. Siguen el curso del río, caminan en paralelo.
Alternativamente, se adentran en los bosquecillos que crecen en las riberas. El otro escudriña entre los árboles, pero no distingue gran cosa. Se siente solo, se siente bien.
Un río. Una persona a cada lado. A veces se miran. Coinciden, o no. Siguen el curso del río, caminan en paralelo.
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